domingo, 2 de octubre de 2016

"Donde los escorpiones" de Lorenzo Silva. Siguen las aventuras de Bevilacqua y Chamorro

Ya hace años que me enamoré de las aventuras de Bevilacqua y Chamorro, los personajes creados por Lorenzo Silva, uno de nuestros autores más solventes. Por supuesto que no podía dejar de leer esta nueva entrega. He aprovechado la última semana de mis vacaciones para leerlo y ya estoy esperando la siguiente entrega...

Autor:

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces, Música para feos y la Trilogía de Getafe, compuesta por Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, El cazador del desierto y La lluvia de París. Es autor del libro de relatos El déspota adolescente, del libro de viajes Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos y de Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo). Suya es también la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro de la que Donde los escorpiones es la última entrega, tras El lejano país de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998), El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La marca del meridiano (Premio Planeta 2012) y Los cuerpos extraños (2014), entre otras.

Datos técnicos:

Título: Donde los escorpiones
Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Destino
Colección: Áncora y Delfín
Encuadernación: Tapa blanda con solapa
Dimensiones: 14.5 x 23
Páginas: 348
Fecha de publicación: 2016
ISBN: 9788423351039
Precio: 19.00 euros

Sinopsis:

Madrid, julio de 2014. Pasados los cincuenta, y ya con más pasado que futuro, el subteniente Bevilacqua, veterano investigador de homicidios de la unidad central de la Guardia Civil, recibe una llamada del responsable de operaciones internacionales. Se reclama su presencia inmediata a 6.000 kilómetros de allí, en la base española de Herat, en Afganistán.

Un militar español destinado en la base ha aparecido degollado, y, junto a él, el arma del delito: una hoz plegable de las usadas por los afganos para cortar la amapola de la que se extrae la droga que representa la principal fuente de riqueza del país.

¿Se trata del atentado de un talibán infiltrado? Podría ser, pero también que la muerte tuviera otro origen, porque el ataque no reviste la forma clásica de esa clase de acciones, sino que hace pensar en algún motivo personal.

La misión de Bevilacqua y los suyos no es otra que tratar de desenmascarar a un asesino que forzosamente ha de ser un habitante de ese espacio cerrado. Sus pesquisas, bajo el tórrido y polvoriento verano afgano, les llevarán a conocer a peculiares personajes y a adentrarse en la biografía del muerto, un veterano de misiones bélicas en el exterior que guarda más de un cadáver en el armario, para llegar a un desenlace inesperado y desconcertante.


Mi opinión:

Vengo disfrutando con esta serie desde el primer libro, por lo que esta entrega me ha apasionado como las anteriores. En cada una de las novelas vemos viendo la evolución personal y de relaciones de los protagonistas. El estilo es el mismo, el lenguaje también. Por tanto, solvencia absoluta.

En cuanto al caso, un poco diferente por el lugar y las circunstancias. Pero como siempre, destacando y potenciando las habilidades de cada miembro del equipo. Debo reconocer que en esta ocasión me olí el desenlace desde muy pronto, tal vez por el propio aviso del final de la sinopsis. Pero eso no le ha quitado ni una pizca de emoción y he estado enganchado al libro hasta la última página. Para mí, como todos los libros de Lorenzo, muy recomendable.

Errores, gazapos y otras cosas:

Como es habitual, poco que destacar en este punto. Pero alguna cosa sí vamos a ver.

1. Pag. 133. Dice "invitó al suboficial que asumiera él la carga". Debería decir "invitó al suboficial a que asumiera el la carga". Espero que sea una errata.
2. Pag. 187. Dice: "tuvieron a tiro a alguno de ellos, pero no en condiciones de poder dispararles". Debería decir "tuvieron a tiro a alguno de ellos, pero no en condiciones de poder dispararle". El sujeto de la frase es singular, por tanto, el verbo debe ir e singular.



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