domingo, 17 de julio de 2011

¡Cómo está la sanidad en este pais!

Hace cerca de ocho años que tuve una baja por problemas en mi codo izquierdo. La verdad es que al principio me dolía la muñeca y en la mutua pensaron que era de ahí. Me pusieron una férula y me tuvieron un mes inmovilizado el brazo. Después la  rehabilitación, el dolor en la muñeca que persistía y que pasaba al resto del brazo, sobre todo a la parte interior del codo. Tras un mes de rehabilitación, idea feliz de la doctora: "¡Esto va a ser del codo!". Y tras verme el traumatólogo, dictamina que tengo epitrocleítis o "codo de golfista". La rehabilitación fue entonces por otro camino, auqneu no parecía mejorar. Finalmente, un par de infiltraciones y un consejo del traumatólogo: "Cambia de trabajo". Y no es que estuviera previsto, pero un mes y medio o dos después, cambié de trabajo, dejando de realizar el trabajo físico del empleo anterior.

Desde entonces, todo bien, más o menos, porque cada vez que hago un esfuerzo, cojo peso, etc., el dolor vuelve, y aunque ya estoy acostumbrado, hará unos tres o cuatro meses empecé a notar que se me dormían dos dedos de la mano izquierda, el anular y el corazón. Me preocupé por si fuera alguna cosa grave y fui a mi médico de cabecera. Le informé de los antecedentes de epitrocleítis y me mandó al traumatólogo, que pidió unas pruebas: radiografía, ecografía y electromiograma. Fui a pedir cita y me dieron todas menos el electromiograma, porque estaban dando citas en el hospital para ¡febrero de 2012! Me ofrecieron hacérmela en una clínica privada, pero el inconveniente era que esta clínica era virtual, ya que aún no estaba abierta al público. Finalmente, y tras ir cada semana al centro de salud por si había suerte y ya habían inaugurado la dichosa clínica, me dieron las citas pertinentes. La radiografía me la hicieron en la fecha prevista a primeros de julio, y las otras dos fueron, ecografía el 15 de julio en el hospital, y electromiograma el 11 de agosto en la clínica recién inaugurada. Ponen una fecha a mediados de agosto sin tener en cuenta si uno tiene o no vacaciones, pero bueno, en este caso no me molesta porque no tenía previsto en ningún caso salir de vacaciones antes del día 15.

Tres días antes de mi cita para hacerme la ecografía, llaman para decirme que me la han cambiado para el ¡25 de agosto!, por lo que monto en cólera y les llamo para recordarles la poca vergüenza que tienen, y, tras decirme al principio que surgen problemas y bla bla bla, la buena señora que me atendió me dice que no sabe por qué me han cambiado la cita a esa fecha pero que no puede hacer nada y que lo único que puede hacer es darme cita para cualquier día en una clínica privada. Al final me dan cita para el viernes 15 de julio a las 12,45 en la clínica privada que me indican, y me voy tan contento. Para mi sorpresa, cuando llego, me dicen que la doctora se ha marchado y que no me la pueden hacer. Me confirman que el listado de pacientes que les manda el hospital no ha llegado o que si ha llegado no estoy. Podéis imaginar cual es mi enfado. Finalmente, cuando aparece el listado me dicen que ha llegado después de que se fuera la doctora y que me tienen que dar cita para otro día, con el consiguiente cabreo por mi parte, que ya era considerable. Cuando la chica que me atendía vio que no estaba dispuesto a aceptar cualquier fecha, me dio cita para el lunes a las 9,15. Sólo espero que la doctora esté en su puesto y me hagan la dichosa prueba, porque esto me parece un cachondeo.

Y es que la sanidad en este pais, pública y privada, da lo mismo, es un cachondeo, y un puente, un inicio de vacaciones, o un fin de semana previsto por parte del médico, hace que no tengan en cuenta a los pacientes, que deberían ser lo más importante, o lo único importante, poruqe de ellos, de nosotros, viven, y no precisamente mal.

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